Todos hemos pasado desde nuestra infancia hasta la adultez un momento de autoexigencia en el cual nos ha motivado a ser el mejor de la clase, en el trabajo o simplemente a estar satisfechos con nosotros mismos. Pero, hay momentos que nos llevan al perfeccionismo y perdemos el control de lastimar el autoestima. Entonces ¿Cuál es el límite para un equilibrio?
Sí bien, estamos en ese punto con dar nuestro 100% en cada momento, brindamos ideas, trabajamos más tiempo de lo habitual, mostramos la mejor cara durante nuestro trabajo. ¡Increíble! Sólo que nuestro cuerpo tiene un punto en el que se bloquea, se cansa, ya no puede más y caemos en la pereza. ¿Te ha pasado?
Bueno, aquí es donde te contamos que es un ciclo en el cual no tener un equilibrio en la autoexigencia puede llevarte a tener estos cambios en los que se te hagan hábito o peor no salir de alguno. Ambos pueden causarte problemas de corto plazo contigo y tu alrededor, así que mejor nos ponemos a buscar ese punto medio.
¿Qué es la autoexigencia?
Es la constante de tener en tu cabeza esa vocecita de «ser mejor» o «puedes estar haciendo más». Es el camino de la perfección ante cualquier circunstancia entre nuestras actividades diarias tratando de llenar cada expectativa de tus ojos y los demás.
¿Te estás dado cuenta? La autoexigencia puede hacer que pierdas tu enfoque y las críticas hacia ti te afectarán.
Pero no todo es negativo a este punto, también tiene su lado positivo como la motivación, el seguir adelante, mantener hábitos saludables y saber que eres capaz de muchas habilidades que no podrías imaginarte.
Cuidado con la pereza
Ahora bien, en el momento que explotas decides dejar todo de un lado y comienzas esta parte de tirarte en la cama, no realizar ninguna acción, comienzas a sugestionarte y descuidarte. ¡Cuidado!
Es súper válido darte tus tiempos para descansar, es vital para nuestro cuerpo ya que así puede seguir dando de su energía, el problema es cuando ya te dejas fluir.
Hay que entender que la diferencia de «descanso» y «soltar todo» es muy amplia porque una te hace sentir en paz, lo disfrutas y hasta entiendes cuando ponerle su fin; ya en el otro extremo es que nada te importa en la vida.
La pereza no está bien, en cambio los descansos son lo positivo para seguir en el camino de crecimiento.
Encontrando el punto de equilibrio de la autoexigencia
Aquí te tenemos una manera sencilla de encontrarlo, pero todo depende de tus hábitos. No suena fácil, pero una vez en práctica estarás más en paz contigo.
Checa estos tips:
- Planifica y organiza día a día tu vida: Establece metas, objetivos y prioridades para sólo cumplir los que te propones en esa fecha.
- Objetivos: Comienza con periodos de corto plazo, ten en mente a largo plazo para comenzar a trabajar hacia dónde quieres ir.
- Valórate: Tener límites y el entender lo mucho que puedes aportar, pero seguir trabajándolo con periodos de tiempo es ser sensible y honesto contigo. Tranquil@ es tiempo al tiempo, pero más que nada escucharte.
- Descansa: No esta nada mal tomarte tiempo para ver tu serie favorita, leer un rato o escuchar música viendo al horizonte, pero es cuestión de tener tiempos para realizarlo. El cuerpo merece mucho amor, recuerda que es tu herramienta de vida.
Por último…
Podemos destacar del artículo que el equilibrio se encuentra en cómo administras tu tiempo y hacia dónde lo enfocas. Ten en mente que la vida es para disfrutar, estás en busca de crecer y desarrollarte así que no te compares, entiéndete tu entorno en el cual estás existiendo y busca esos pequeños placeres que te hagan tomar un descanso.
Te recomendamos los siguientes blogs para seguir aplicando bienestar en tu vida: